¡Hola por fin, literatómanos!
rimero de lo que voy a hablar, porque fue lo que hizo que me fijara en él en una gigantesca librería. Y es que
El argumento ofrece una deliciosa mezcla de conceptos. La escalofriante mitología escocesa (hadas que se alimentan de almas humanas... ¡y una acostumbrada a las hadas madrinas!), junto con la atosigante sociedad de la época. Dos mundos paralelos, pero se avecina una catástrofe que... ¡puede provocar que se crucen!
Tras una larga ausencia por exámenes y un posterior viaje inolvidable a Roma, por fin vuelvo al blog para quedarme. Y vuelvo con la reseña de una novela que quizá haya tardado demasiado en leer por culpa de los exámenes, pero con la que he pasado ratos maravillosos.
Título: La Última Cazadora.
Autora: Elizabeth May.
Editorial: RBA.
Traductora: Noemí Risco.
Idioma original: inglés.
Título original: The Falconer.
Fecha de publicación: 2013.
Número de páginas: 380.
Nadie crece en Escocia sin escuchar historias de hadas. Yo dejé de creer en ellas hace tiempo. Hasta que un hada mató a mi madre. Entonces descubrí que existen de verdad.
Ahora, vivo a caballo entre dos mundos...
De día, la alta sociedad de Edimburgo; de noche, el sangriento universo de las hadas.
Por fuera, la apariencia de una bella heredera; por dentro, el ansia de venganza.
Dos identidades y un único destino. Porque el velo entre ambos mundos está a punto de rasgarse. Y yo soy la última de mi estirpe.
VOLVERÁS A CREER EN LAS HADAS. APRENDERÁS A TEMERLAS.
La primera frase que me viene a la cabeza cuando pienso en este libro es bastante sencilla: "es precioso".
Sé que lo más importante de un libro no es, en ningún caso, su portada. Pero va a ser de lo pese aspecto gótico, minucioso y delicado atrae mucho, ¿verdad? En cuanto leí la sinopsis y abrí el libro por una página al azar decidí que sí, me lo quedaba. Esa fuente de letra con apariencia antigua, ese tacto suave y ese dibujo del halcón que encabeza cada capítulo son ideales. ¡No me puedo imaginar esa historia contada en un formato distinto!
rimero de lo que voy a hablar, porque fue lo que hizo que me fijara en él en una gigantesca librería. Y es que
Y, una vez que todo esto me "forzó" a llevarme el libro, me sumergí en una lectura apasionante que hacía perfecta justicia a su formato.
Empezaré hablando del marco espacio-temporal en el que se sitúa la narración. El Edimburgo del siglo XIX se presenta como una ciudad mágica donde las pesadillas se mezclan con los sueños y la realidad emula a la ficción. Aparecen cantidad de objetos que realmente no existían, como los ornitópteros o los equipos de sutura, pero en ningún momento resultan extraños ni rompen la armonía de la novela.
El argumento ofrece una deliciosa mezcla de conceptos. La escalofriante mitología escocesa (hadas que se alimentan de almas humanas... ¡y una acostumbrada a las hadas madrinas!), junto con la atosigante sociedad de la época. Dos mundos paralelos, pero se avecina una catástrofe que... ¡puede provocar que se crucen!
La protagonista, Aileana Kameron (el nombre me encanta) podría compararse a otras protagonistas: una joven noble que quiere huir de una inevitable boda con algún caballero de su misma categoría, que odia los vestidos femeninos mortificadores de la época, que tiene algún hobby que resulta extravagante ante quienes la rodean (inventar cosas)... Lo que diferencia a Aileana de las demás es que ella no siempre fue así, ella cambió tras la muerte de su madre, cuando su gran poder despertó y se convirtió en quién es. Aileana no detesta la sociedad, se odia a sí misma, vive con el odio y el amargor de la sed de venganza, y debe ocultar la criatura letal que está obligada a ser.
Como ella es la narradora, conocemos al resto de personajes por lo que son para ella. La inocente Catherine, mejor amiga de la protagonista, es una persona reprimida que se gana un huequito en nuestros corazones, como en el de Aileana. Edward, con su humor ácido y sus ocurrencias, acaba resultando más querido que pesado. Kiaran resulta tan enigmático y atractivo como lo es para ella. Lady Cassilis y Lord Kameron nos producen la misma repulsión, y Gavin se convierte en un personaje apreciado, aunque no amado. Es increíble como la pluma de Elizabeth May nos transmite exactamente esas sensaciones que quiere, como "humaniza" cada instante, como hace comprensible hasta lo más irracional.
Otro rasgo que me ha encantado es la forma de reaccionar de los personajes, imaginar las situaciones más absurdas y dramáticas e intentar imaginarme a mí en ellas. Tan enternecedor, tan cercano, tan... PERFECTO.
Y los detalles, esos detalles capaces de alegrarte, aunque de forma ácida, un momento dramático. Detalles enternecedores, plagados de humanidad, pinceladas de sentimiento, marcas inolvidables de la novela. Las manías de cada personaje, su forma de tomar el té, sus cuchicheos...
Podría seguir citando más y más, pero voy a pasar a hablar del final. Solo diré que es tan abierto, que deja tantos cabos sueltos... No me importaría nada leer una segunda parte de este libro, conocer el fundamento de tanta amenaza, el pasado... Pero, por otra parte, igualar esta primera parte y no salirse demasiado del tema sería bastante complicado.
En resumen, totalmente recomendable. Este cúmulo de romance implícito, de sentimientos ocultos, acción trepidante, magia, fantasía y crítica social resulta inolvidable, una lectura en la que sumergirse totalmente, de esas que te hacen olvidarte, por un ratito, de todo lo demás.
¡Y hasta aquí la reseña! Como siempre, os invito a comentar si habéis leído este libro, si conocíais a la autora, si os gustan las novelas plagadas de mitología...
¡Y hasta pronto (esta vez sí, pronto), literatómanos!
