¡Hola, literatómanos! ¿Qué tal lleváis la semana? Espero que bien, que pese a cualquier percance tengáis motivos para sonreír y, sobre todo, un buen libro esperando a que lleguéis para sumergiros en otra vida entre sus páginas.
¿No es bueno juzgar un libro por su portada, verdad? Pero, aún así, lo hacemos muchas veces, inevitablemente algunos libros nos atraen como imanes por su aspecto.
Además, muchas veces nos alegramos cuando aparece una nueva edición de un determinado libro con un formato distinto que nos parece muy bonito, o, por el contrario, nos parece un auténtico "fail".
Un ejemplo es el caso de la archiconocida y archivenerada saga de "Los Juegos del Hambre". Con el increíble boom que ha tenido, y la gran cantidad de tributos que han aparecido por ahí, la editorial ha aprovechado para sacar nuevas ediciones que cautivarían a cualquiera.
Por un lado, tenemos la versión clásica (la que tengo yo) de los tres libros negros con el Sinsajo dibujado en la portada.
Pero además tenemos la nueva edición que se ha generalizado bastante estas navidades en la que los libros son blancos con el Sinsajo dibujado en grande en la portada y el borde de las páginas brillante (este detalle es lo que más me gusta de este formato).
Por otro lado está la edición "de lujo", que es bastante más cara y muy bonita. Los libros tienen la pasta metalizada y brillante, de esos que relucen en la estantería y se ven a lo lejos.
En el Reino Unido ha aparecido hace poco una edición de "Los Juegos del Hambre" con las pastas con colores fluorescentes, que me han llamado muchísimo la atención porque me da la sensación de que son libros diferentes. Esta edición tan original también parece ser bastante vistosa.
Podría seguir nombrando ediciones distintas, pero me extendería demasiado, ya que existen muchísimas.
Otro ejemplo bastante frecuente son las portadas de películas. Suele pasar. Llevamos un libro al cine y tiene un monumental éxito en taquilla. Al poco tiempo hay muchas personas pensando en leerse el libro (deberían haberlo hecho antes de ir a ver la adaptación...) y, para acabarlos de convencer, aparece una nueva edición en cuya portada están los actores de la película en alguna escena especialmente representativa.
A mí esto no me parece ni bien ni mal, aunque no me gusta comprar libros con las portadas de películas. Por eso me ha gustado lo que han hecho con "Bajo la misma estrella": bajo la portada de la peli está la portada "normal", así el lector puede elegir cuál quiere mirar más.
Otros ejemplos de portadas de películas son "The Host" o "La invención de Hugo Cabret".
También me gustaría destacar la novela "Donde los árboles cantan" de Laura Gallego. El libro se publicó primero con una preciosa imagen de Viana en el bosque por portada. Tiempo después, apareció una nueva portada con una imagen de Viana con el pelo corto en el bosque, también bastante bonita y adecuada a la historia (aunque a mí me gusta bastante más la primera). Cabe decir que el formato de los dos libros es el mismo: igual tamaño, igual fuente... Solo varía el dibujo.
Por último, mención especial merecen la trayectoria de portadas que se marcan los clásicos contemporáneos (como "Un Mundo Feliz") a lo largo del tiempo. Es espectacular cómo plasman los diseñadores su forma de entender el libro en la portada.
Y hasta aquí el post de hoy. Como de costumbre, os invito a comentar qué más casos se os ocurren, si tenéis o queréis alguna de estas ediciones, si os fijáis mucho en este aspecto...
¡Hasta pronto, literatómanos!
¿No es bueno juzgar un libro por su portada, verdad? Pero, aún así, lo hacemos muchas veces, inevitablemente algunos libros nos atraen como imanes por su aspecto.
Además, muchas veces nos alegramos cuando aparece una nueva edición de un determinado libro con un formato distinto que nos parece muy bonito, o, por el contrario, nos parece un auténtico "fail".
Un ejemplo es el caso de la archiconocida y archivenerada saga de "Los Juegos del Hambre". Con el increíble boom que ha tenido, y la gran cantidad de tributos que han aparecido por ahí, la editorial ha aprovechado para sacar nuevas ediciones que cautivarían a cualquiera.
Por un lado, tenemos la versión clásica (la que tengo yo) de los tres libros negros con el Sinsajo dibujado en la portada.
Pero además tenemos la nueva edición que se ha generalizado bastante estas navidades en la que los libros son blancos con el Sinsajo dibujado en grande en la portada y el borde de las páginas brillante (este detalle es lo que más me gusta de este formato).
Por otro lado está la edición "de lujo", que es bastante más cara y muy bonita. Los libros tienen la pasta metalizada y brillante, de esos que relucen en la estantería y se ven a lo lejos.
En el Reino Unido ha aparecido hace poco una edición de "Los Juegos del Hambre" con las pastas con colores fluorescentes, que me han llamado muchísimo la atención porque me da la sensación de que son libros diferentes. Esta edición tan original también parece ser bastante vistosa.
Podría seguir nombrando ediciones distintas, pero me extendería demasiado, ya que existen muchísimas.
Otro ejemplo bastante frecuente son las portadas de películas. Suele pasar. Llevamos un libro al cine y tiene un monumental éxito en taquilla. Al poco tiempo hay muchas personas pensando en leerse el libro (deberían haberlo hecho antes de ir a ver la adaptación...) y, para acabarlos de convencer, aparece una nueva edición en cuya portada están los actores de la película en alguna escena especialmente representativa.
A mí esto no me parece ni bien ni mal, aunque no me gusta comprar libros con las portadas de películas. Por eso me ha gustado lo que han hecho con "Bajo la misma estrella": bajo la portada de la peli está la portada "normal", así el lector puede elegir cuál quiere mirar más.
Otros ejemplos de portadas de películas son "The Host" o "La invención de Hugo Cabret".
También me gustaría destacar la novela "Donde los árboles cantan" de Laura Gallego. El libro se publicó primero con una preciosa imagen de Viana en el bosque por portada. Tiempo después, apareció una nueva portada con una imagen de Viana con el pelo corto en el bosque, también bastante bonita y adecuada a la historia (aunque a mí me gusta bastante más la primera). Cabe decir que el formato de los dos libros es el mismo: igual tamaño, igual fuente... Solo varía el dibujo.
Por último, mención especial merecen la trayectoria de portadas que se marcan los clásicos contemporáneos (como "Un Mundo Feliz") a lo largo del tiempo. Es espectacular cómo plasman los diseñadores su forma de entender el libro en la portada.
Y hasta aquí el post de hoy. Como de costumbre, os invito a comentar qué más casos se os ocurren, si tenéis o queréis alguna de estas ediciones, si os fijáis mucho en este aspecto...
¡Hasta pronto, literatómanos!