Reseña: El Círculo (Engelsfors 1/3)

¡Hola, literatómanos!

¿Qué tal os va? Yo ocupo mi tiempo entre tests de la autoescuela y disfrutar del verano. Además de intentar compensar lo poco que he leído, escrito y bloggeado durante este curso, claro.

Hoy, os traigo un libro bastante especial, del que muchos de vosotros habéis hablado mucho, ya que a la editorial no debe de darle la gana publicar la tercera parte en español, cosa que no me parece ni medio normal. De todos modos, esta polémica es de hace bastante tiempo.

Tenía pendiente comprármelo, después de oír hablar tan bien de él, y el hecho de encontrármelo sumamente rebajado en una feria del libro hizo que me decidiera. Y ha sido de los pocos libros que he devorado, en el verdadero sentido de la palabra, durante este curso.

Título: El círculo.

Saga: Engelsfors.

Autores: Mats Strandberg & Sara B. Elfgren.

Editorial: Maeva Young.

Traductora: Carmen Montes Cano.

Fecha de publicación: 2011.

Número de páginas: 506.

El círculo lo forman las Elegidas. La salvación del mundo depende de que consigan dominar sus nuevos poderes y cumplir su misión.

El tiempo corre en su contra. Si no descubren lo que las persigue, morirán.

Empecé a leer este libro con ganas, y con las expectativas bastante altas. Nada más ni nada menos que superar una crisis lectora. Y, si bien seguí en crisis después de acabarlo (la vida es así), puedo decir que estuve bastante embelesada hasta que llegué a la última página. Es una novela que te intriga, que te hace querer saber más y más cosas. Sin embargo, le veo un problema, y es el riesgo de sobredosis por exceso de estereotipos. Pese a esto, la novela es bastante original. Al fin y al cabo, a nadie se le había ocurrido mezclar la típica fantasía con las historias del Instituto.

La sinopsis no deja muy claro de qué va la obra, más allá de que trata de unas Elegidas salvando el mundo. Idea más que recurrida en la literatura fantástica, pero a la que en este libro se le saca muy buen partido. Las Elegidas son seis chicas del Instituto, que van a la misma clase, pero que ahí acaba su vida en común, porque se parecen como el huevo a la castaña. De repente, y sin comerlo ni beberlo, descubren que son diferentes al común de los mortales, que tienen poderes, una misión importantísima, y, lo peor, que están JUNTAS en eso.

Tiene que fingir que posee el control para que las demás no pierdan la esperanza.

De repente, en la ciudad en la que viven, Engelsfors (nombre bonito donde los haya, sí señor), y más en concreto en el Instituto, comienzan a pasar cosas extrañas. Suicidios que no son suicidios, sucesos inexplicables y fuerzas muy poderosas, entre ellas una fuerza malévola que son, precisamente, nuestras Elegidas quienes tienen que desenmascarar. Hasta que lo consigan hacer, su propia vida está en riesgo. 

Las cosas terribles que suceden en la realdiad no se parecen a las cosas terribles de las películas. No son emocionantes, solo son aterradoras y sucias. Y, sobre todo, no puedes borrarlas.

Empiezan así un camino lleno de retos y de discusiones, en el que intentan conocerse a sí mismas, descubrir los nuevos poderes que parece haberle regalado la naturaleza, conservar la vida y, ante todo, aprender a soportarse. Además, hay multitud de hechos sobrenaturales, conspiraciones, objetos mágicos, alguna que otra tragedia... En definitiva, tiene muchos de los elementos fantásticos que más me gustan, lo que ha hecho que me enganche más la lectura. Junto con unos cuantos giros en la historia que son bastante interesantes.

Las protagonistas son otro de los puntos fuertes de la novela. Porque son nada más ni nada menos que seis chicas. En un principio puede parecer excesivo, ¿cómo se supone que voy a distinguirlas a todas? Pero en ningún momento esto supone un problema, porque, como ya he dicho, son muy diferentes: Ida, la niña cruel y pija; Vanessa, la choni problemática; Linnea, la hipster; Rebecka, la chica normal que lleva sus problemas por dentro; Minoo, la cerebrito con pocos amigos; Anna-Karin, la marginada.

Sí, son personajes que parten de estereotipos, pero lo más interesante del libro es cómo no les queda otra que aprender a trabajar juntas, a cooperar entre ellas pese a sus múltiples diferencias (cuánta gente parece incapaz de molestarse siquiera en intentarlo en esta vida). Y algunas no te caen bien, lo que es muy peculiar de este libro. Puedes odiar a una protagonista, casi más que a los propios malos, y aun así seguir enganchada a la historia.

Miedo de volver a ser la de siempre, miedo de seguir siendo la persona en la que se ha convertido.

Por otro lado, la novela toca en muchas ocasiones la vida de las protagonistas, más allá de la magia, y abre numerosas tramas secundarias. Así consigue tocar muchos temas importantes, tales como el bullying, los trastornos de la conducta alimentaria, los problemas familiares de todo tipo, el periodismo sucio, las relaciones sentimentales... Ahora bien, dicen en mi pueblo que el que mucho abarca, poco aprieta, y esto ocurre un poco con todo esto. En ocasiones, se le da un enfoque simplista, porque son tantas cosas que difícilmente se podría hacer mucho más. Incluso puede resultar forzado (exceso de problemas por metro cuadrado).

En cuanto al final, tengo que decir que es muy bonito. Sin hacer spoilers, solo puedo decir que se resuelven, de una u otra forma, muchas cosas, aún quedando lo suficientemente abierto como para dejarte con muchas ganas de más. De más historia, pero, sobre todo, de un poquito más del grupo de chicas más impensable, y de cómo se las ingenian para poder seguir llamándose grupo.

En definitiva, un libro de fantasía muy recomendable, con una historia interesantísima, pese a los esterotipos. Y, sobre todo, que transmite un importante (y obviado) mensaje, tal como la importancia de aprender a convivir con gente que resulta completamente infumable.


Y hasta aquí la reseña. Espero que os haya gustado, y, como siempre, os invito a comentar si habéis leído este libro, si os gustaría hacerlo, si habéis continuado con los siguientes tomos de la saga...
¡Hasta pronto, literatómanos!

Si no hacemos nada ahora, tendremos que vivir con esa vergüenza el resto de nuestros días.