domingo, 20 de noviembre de 2016

Relato: Memorias del Tiempo (Especial Día Internacional del Niño).

¡Hola, literatómanos!
Hoy, día 20 de noviembre, se celebra el Día Internacional del Niño, coincidiendo con el aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño por la ONU. Derechos que, huelga decir, no siempre se cumplen, por desgracia, y que son fundamentales para construir una sociedad sana. Mafalda explica muy bien en qué consisten en esta página.

Por esa razón, hoy os traigo un relato especialmente dedicado a ellos. En memoria de todos esos niños a los que les roban el bien más preciado que tienen: la infancia.



Confesiones del Tiempo


Me columpio continuamente en las varillas del reloj, me temes y me deseas simultáneamente. Voy cambiando todo lo que me rodea, poco a poco, con pequeños detalles, pero soy implacable. Y, cuando menos te lo esperes, te habré atravesado, dejando surcos en tus mejillas y volviendo tu pelo blanco. Te voy esclavizando un poco más cada día y, cuanto más me necesitas, más rápido me escapo.

Los únicos que me sacan de quicio son los niños. Los niños con sonrisas radiantes donde me congelo. Que son capaces de olvidarse de mí para dedicarse por completo a ellos, que me dilatan hasta el infinito en sus largas tardes de ocio. Sí, son ellos a los que más futuro les queda, y los únicos capaces de vivir como si no hubiera mañana. A ese don es a lo que llaman infancia.

Pero siempre me acabo vengando de todos. Un día, se mirarán al espejo y verán que no pueden seguir ignorándome. Que estoy comenzando a marcar sus cuerpos, que cada vez me necesitan más y más. Durante el resto de sus vidas, nunca seré suficiente, y solo al final comenzaré a sobrarles.

Me encanta. Me encanta cuando van descubriendo que existo, y me dejan llevarme su niñez conmigo. Se la voy quitando, poco a poco. Es sencilla y pura, muy refrescante, siempre con algún poso de amargura. Deliciosa.

Sin embargo, a veces me pasa algo perturbador. Me ocurre con niños explotados, con el cuerpo marcado por miles de abusos; con niños floreros, que han sido desprovistos de su interior para recargar su superficie, y con algunos que llevan un arma maldita en la mano. Paso por ellos cientos de veces, buscando y buscando, sin encontrar absolutamente nada. Me quedo con las manos vacías.

Solo una pregunta, la única que resuena en mi eterno y aleatorio ser: ¿dónde están? ¿Quién se lleva esas infancias, quién se las arrebata antes de que pueda quitárselas yo?




Le dedicaría esta canción a todos los niños que están, ahora mismo, llorando en el mundo.




Y esto es todo. Espero que os haya gustado el relato, os invito a comentar vuestra opinión sincera sobre él. ¿Os parece necesario celebrar un Día Internacional del Niño? ¿Creéis que sirve de algo?

¡Hasta pronto, literatómanos!
Read More

martes, 8 de noviembre de 2016

Reseña: Alicia en el País de las Maravillas.

¡Hola, literatómanos!
¿Qué tal os va? Ya lo sé, el blog no está funcionando con normalidad. Llevo más de un mes sin publicar nada en absoluto, aunque he seguido muy en contacto con la literatura.
Sin embargo, aquí estoy. Una vez más. Intentando devolver esto a la normalidad y volver a coger el ritmo. Porque, sinceramente, lo echo muchísimo de menos.

Hoy os traigo la reseña de un libro (no sé si llamarlo cuento) que ha fascinado a niños y adultos durante años. Me hice con él gracias a una oferta en una adorable Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Y lo he disfrutado muchísimo.





´Título: Alicia en el país de las maravillas.
Autor: Lewis Carroll.
Editorial: Fontana.
Traductor: Jorge A. Sánchez.
Fecha de publicación: 1885.
Título original: Alice's Adventures in Wonderland.




Alicia es una niña a la que no le gusta leer libros sin dibujos. Un día se encuentra con su hermana a la orilla del río, aburrida, y de repente ve cómo un conejo blanco revisa su reloj y exclama que llega tarde. ¿De dónde viene el conejo y por qué llega tarde? Movida por la curiosidad, Alicia lo sigue y llega a un mundo subterráneo y lleno de  maravillas, donde viven miles de aventureras que rozan lo irracional, donde las situaciones son como en los sueños y los animales hablan.



¿Quién no ha oído hablar nunca de la historia de Alicia? Yo crecí viendo dibujos animados, y entre ellos siempre estaba la Alicia de Disney, la niña rubia con el delantal blanco, y el conejo que tomaba té. Sabía de que iba el libro a grandes rasgos, pero, aun así, me sorprendió gratamente. Y es que el placer de leer este libro es ligeramente distinto al de cualquier otra lectura.

Se trata de un relato onírico, cargado de situaciones carentes de sentido. Después de la caída de Alicia a través de la conejera, el autor escribe con una libertad total, haciendo todo posible. Incluso contradecir las leyes de la física, o hacer a los animales hablar. 

Movida por la curiosidad, la protagonista va descubriendo poco a poco ese mundo, mientras cambia de tamaño continuamente, así como de estado de ánimo. Se trata de una sucesión continua de acontecimientos y diálogos absurdos, con unos personajes de lo más variopintos, cuyas acciones son desconcertantes hasta el punto de lo perturbador. Y todo esto, narrado con muchísima naturalidad. Un enfoque de la fantasía que desconocía totalmente y que me ha fascinado. Es maravilloso poder leer una historia cuya única regla es el sinsentido total

Sin embargo, sobre este teatro surrealista existe una simbología bastante interesante. El paso de la infancia a otra etapa, el crecimiento, la madurez, la propia identidad... Todos estos temas aparecen reflejados en numerosas escenas a lo largo del libro. Además, me da la sensación de que algunas situaciones son, en realidad, una parodia del absurdo de nuestro propio mundo. Un absurdo que ya consideramos normal. Por eso creo que, pese a la opinión general, esto no es un cuento para niños pequeños. La mayor parte de ellos sería incapaz de entender todo esto.

En cuanto a los personajes, hay que destacar a Alicia, la niña idealizada cargada de curiosidad e ilusión, que es sumamente entrañable. El resto son seres totalmente pintorescos, y algunos de ellos hacen gala de una crueldad o una desidia inigualables. Tal vez, la Reina, el Gato de Cheshire y el Conejo Blanco sean los más conocidos. Sin embargo, lo importante de este libro no son tanto los seres individuales, sino el conjunto que forman.

Es perfectamente comprensible el magnetismo que el mundo de Alicia ejerce en la cultura popular. Y es que esta concepción de la fantasía, en el que las únicas reglas son crear y cambiar continuamente, resulta un auténtico desahogo. A esto se le suma ese estilo entrañable que nos devuelve a los sueños olvidados de la infancia, y el libro se convierte en una joyita muy especial. No es de extrañar que aparezcan tantas referencias en canciones, películas e incluso en otros libros. ¡Incluso existe el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas!

En resumen, no perdáis la oportunidad de leerlo. Nos abre la puerta a otros mundos, y también nos descubre el mundo que llevamos dentro de nosotros.


Como siempre, os invito a comentar si habéis leído este libro, si os ha gustado... ¿Os habéis atrevido con algún otro cuento clásico? ¿Y con su segunda parte?
¡Hasta pronto, literatómanos!


Read More

Social Profiles

Twitter Facebook Google Plus LinkedIn RSS Feed Email Pinterest

Club "Adopta un blog"

Popular Posts

Copyright © LITERATOMANÍA | Powered by Blogger
Design by Lizard Themes | Blogger Theme by Lasantha - PremiumBloggerTemplates.com