¡Hola, literatómanos!
¿Qué tal os va? Yo ya he empezado las clases del segundo cuatrimestre. Y, aunque acabe de comenzar, tengo la sensación de que ya estoy hasta arriba. Por cierto, antes de empezar con la reseña, me gustaría decir, así de estrangis, que me parece que a determinadas joyas de la universidad se le debería de exigir un poquito más en lo que a docencia se refiere. Porque, aunque todo me ha ido bien, alucino bastante. Ya está.
Hoy os traigo la reseña de un libro que me ha emocionado, y que me ha enganchado como hacía tiempo que no lo hacía ninguno. Tenía muchísimas ganas de leerlo, tanto este libro en concreto como a las autoras. Y encontré la ocasión así de imprevisto, cuando me lo dejó una amiga genial, con todos sus post-its y dedicado por las mismas escritoras (que amor de dedicatoria, por favor). Tengo que adelantar que, pese a que hace casi un mes que lo terminé, la reseña va a estar llena de fangirleo por mi parte, porque esta historia lo merece.
Título: Sueños de piedra.
Autoras: Iria G. Parente y Selene M. Pascual.
Editorial: Nocturna Ediciones.
Ilustradora: Lehanan Aida.
Fecha de publicación: 2015.
Número de páginas: 573.
Érase una vez un reino muy, muy lejano donde un príncipe premió a un mago por ayudar a rescatar a una joven en apuros.
Encantador. Lástima que nada de esto sea verdad.
En realidad, el príncipe sueña con gloria y venganza; el mago, con que sus hechizos no sean siempre un desastre; y la joven en apuros, con huir de un pasado que la atormenta... y del recuerdo de un hombre al que ha matado.
Érase una vez...
Como ya imaginaréis por lo que he comentado antes, esta va a ser una reseña positiva. Tanto, que podría resumirse en que tenéis que leer esta novela. Leedla, tengáis la edad que tengáis, seáis como seáis, regalad este libro a los adolescentes y a los más adultos. Es la historia, que es maravillosa, pero también es el mensaje que contiene.
No necesitas ningún hechizo para hacer realidad todo lo que desees. Sé que tú puedes conseguirlo por ti misma. Sé que puedes ser todo lo que te propongas. No dejes... No dejes que nadie te haga creer lo contrario. Yo creo en ti. ¿Significa eso algo?
Empecemos por el principio. ¿De qué va este libro? Bien, es una historia de un mundo fantástico, medievaloide, con príncipes herederos en sus castillos, hechizos y criaturas mágicas pululando por ahí. Fantasía de la buena, sí señores. En este mundo tenemos al príncipe Arthmael, que se ha marchado de su castillo con ínfulas de caballero andante y salvador. También tenemos a Lynne, una joven que se ha ido, más concretamente ha huido, de un prostíbulo apestoso donde lleva siendo abusada desde los 14 años. Y, por otro lado, a Hazan, un jovencísimo mago con una importante misión que aparece en escena convertido en rana. Un grupo muy variopinto, que, por arte del destino, que a veces tiene ocurrencias muy extrañas, se acaba juntando por intereses comunes.
Juntos, emprenden un viaje por estas tierras fantásticas, de país en país. Al principio, chocan como huracanes. Hay que tener en cuenta que cada uno procede de una realidad distinta. Que el príncipe lo ha tenido todo, ella no ha tenido nada, y el niño hechicero ha vivido siempre entre exigencias que se siente incapaz de satisfacer. Poco a poco, a medida que van cogiendo confianza, y después de unas cuantas discusiones (en las que Lynne es sumamente badass), van desvelando, poco a poco, los secretos que les han llevado a encontrarse en esa situación.
Mientras tanto, por supuesto, van viviendo un montón de aventuras. Y las cosas empiezan a ponerse peligrosas de verdad. Porque todos los héroes tienen enemigos, y hay gente que, verdaderamente, desea hacerles daño. Y lo mejor es que los villanos también tienen una causa. Es decir, hay malos malísimos, pero que tienen una razón para hacer lo que hacen, aunque sus actos no dejen de ser totalmente injustificables.
Supongo que eso es lo que queda de mí, después del vacío que han dejado mis propios sentimientos al apagarse. Me muevo por instinto, y sé que atacaré por instinto hasta que le vea la cara y la furia vuelva, más fuerte que la razón.
Respecto a los personajes, hay que decir que están bastante currados. En este mundo de fantasía, ellos son reales, son verdaderas personas reales, a las que te crees de pe a pa. Los protagonistas son Arthmael y Lynne. Arthmael, al principio, es un privilegiado ofendido que crea un drama de cada granito de arena. Lynne es una chica sumamente luchadora, y también desconfiada, de ese tipo de personas que intentan ser fuertes, cueste lo que cueste. Hazan, que también es muy importante en la historia, es un tanto inseguro y torpe, pero con un corazón y unos valores de aquí a la Luna, que se gana un huequito en el alma de todos y cada uno de los lectores. A lo largo del libro, evolucionarán e irán ayudándose entre ellos. Tienen un espíritu de equipo que enamora, la verdad.
Todos tenemos miedo alguna vez. Aceptarlo y enfrentarlo es lo que nos hace valientes.
En cuanto a los secundarios, aparecen unos cuantos, y todos tienen un papel y una importancia que hace posible la historia. Aunque ninguno me ha cautivado especialmente, tengo que decir que Selene e Iria se han superado: odio a Kenan más de lo que nunca odié a Umbridge.
Me mira. Ya ni siquiera me queda desprecio para mirarle con odio. Ya ni siquiera me queda horror. Me estoy vaciando.
Ahora vamos al estilo. La forma de escribir que tienen estas mujeres es preciosa. Tienen un estilo rápido y fluido, que se lee muy bien. Es una de las características de la literatura juvenil, que tanto se esfuerzan en defender las autoras (seguidlas en Twitter si no lo hacéis ya, merece la pena: @iriagparente, @SelenePetalos y @iriayselene). Las conversaciones me han gustado especialmente, son muy espontáneas. Sobre todo, me han encantado algunas intervenciones de Lynne, son esas frases ingeniosas y fantásticas que SIEMPRE se te ocurren cuando ya se ha terminado la discusión hace un rato. Y entonces te das golpes contra la pared pensando en lo que podrías haber dicho y lo bien que habría quedado.
No quiero comentar mucho sobre el final, por eso de no hacer spoiler. Pero podría resumirlo todo en la sonrisa bobalicona que tenía en la cara mientras leía las últimas páginas del libro. Esa es la mejor señal de que una lectura ha merecido la pena.
Las princesas siempre esperan a sus caballeros en los cuentos. ¿Por qué no intercambiar los papeles?
Y dejo para el final lo mejor, el postre, la cremita rica: su mensaje. Tenemos una historia bonita, que se lee bien, con muchísimo gancho y unos personajes muy interesantes, pero pasaría sin pena ni gloria, como tantas otras, si no fuese por su mensaje. "Sueños de piedra" reivindica, ante todo, la independencia de la persona, como un ser individual, capaz de tomar sus propias decisiones, que no tiene por qué renunciar a sus sueños. Rechaza todos los topicazos del amor romántico empalagoso, el "lo daría todo por ti" cambia por "vamos a darlo todo juntos". Reivindica también el feminismo, la igualdad, el respeto hacia los demás... Trata temas muy importantes, que deberían llegar a todas las personas, y lo hace sin ser pesado, sin dar sensación de ensayo político, capaz de calar en adolescentes y adultos. Y esto, en mi opinión, es lo que hace que esta novela sea tan especial.
Y hasta aquí la reseña, literatómanos. Como de costumbre, os invito a comentar si habéis leído este libro, si os ha gustado, si conocíais a las autoras. También abro debate sobre la denominada "literatura juvenil". A mí me parece un género sumamente digno, que no es solamente para adolescentes y que puede transmitir un montón de emociones y de valores a cualquiera. Por supuesto, leer juvenil no implica no leer otras cosas, pero este tipo de literatura está demasiado infravalorado por la "élite selecta de la cultura" (me callo y no digo nada más). Espero vuestras opiniones.
¡¡Hasta pronto, literatómanos!!
Para ser un héroe solo se necesita un corazón valiente.