Reseña: Donde Los Árboles Cantan

¡Hola, literatómanos!

En esta ocasión os traigo una nueva reseña, una reseña sobre un libro que ya hace mucho tiempo que leí, poco después de su publicación, allá por 2011; un libro de Laura Gallego. Como quizá le suceda a más de uno, la fantasía de Laura ha marcado una época en mi lecturas. Es una literatura amena, fluida, fácil de comprender y con un mensaje inolvidable. Y este libro, que con tanta ilusión esperé y que tantas veces he releído después, no se ha quedado para nada atrás.

Título: Donde Los Árboles Cantan.

Autora: Laura Gallego.

Idioma: español.

Editorial: SM.

Número de páginas: 480.

Año de publicación: 2011.

Viana, la única hija del duque de Rocagrís, está prometida al joven Robian de Castelmar desde que ambos eran niños. Los dos se aman y se casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de invierno, un arisco montaraz advierte al rey de Nortia y a sus caballeros de la amenaza de los bárbaros de las estepas... y tanto Robian como el duque se ven obligados a marchar a la guerra. En tales circunstancias, una doncella como Viana no puede hacer otra cosa que esperar su regreso... y, tal vez, prestar atención a las historias que se cuentan sobre el Gran Bosque, el lugar donde los árboles cantan...

He leído muchos libros de esta autora, muchísimos, y todos me han dejado muy buen sabor de boca. Y es que Laura escribe de forma fluida, amena, y, al mismo tiempo, detallista. Sí, hay muchos pequeños detalles, que ni siquiera podrían ser considerados tramas secundarias, que dan un toque emotivo o humorístico al libro, y que crean algo de intriga momentánea en el espectador. En este libro, por ejemplo, las miles de historias que Lobo cuenta sobre su oreja perdida, historias que le sirven al polifacético ¿caballero? para transmitir una gran variedad de mensajes.

Lobo. En mi opinión es uno de los personajes mejor elaborados de la historia, sin lugar a dudas uno de mis preferidos. No parece, de ningún modo, el caballero perfecto, y en su pasado hay más sombras que luces. Pero demuestra que es un verdadero noble, desde el punto de vista de vista de la sociedad nortiana, capaz de cumplir sus promesas y restablecer su honor, y obsesionado con proteger a las damas, incluso cuando ellas pueden valerse por sí mismas. Pero, sin lugar a dudas, el puesto principal en la novela es para la protagonista, la dama Viana de Rocagrís. Sí, una noble de su tiempo, incapaz de concebir la idea de cambiar el destino que sus padres concertaron para ella, la vida de acomodada señora de sus dominios que llevó su madre y que llevarían sus hijas. Pero es una joven adolescente, y se nota. En ella, y en su vivaz y fortalecida mejor amiga, Belicia, se nota esa vitalidad, esas ganas de comerse el mundo, esa ilusión por vivir. Sí, me he identificado con ella. Al fin y al cabo, de haber nacido en su mundo, ¿no seríamos como ella? Sin embargo, Viana no va a llevar la vida que ella sueña. ¿La razón? La guerra, la guerra y la posterior ocupación bárbara de Nortia. La muerte que se ha llevado a muchos de sus seres amados, el poder del nuevo rey bárbaro, Harak, que desprecia el honor de las mujeres y decide desposar a todos sus hombres con nobles nortianas. Su suerte no es mucho mejor que la del resto. Pero sí son sus decisiones. La guerra le ha arrebatado mucho a Viana, le ha quitado el amor y la familia, la ha defraudado... Pero ella es capaz de adueñarse de su destino.

Muchos otros personajes la acompañan en su nuevo viaje, en su evolución. Sin dejar del todo de ser una dama, se convierte en una persona nueva, capaz de sobreponerse al dolor y a la adversidad, de mirar hacia adelante, de ser valiente y, al mismo tiempo, temeraria. Muchos personajes la acompañan, personajes entrañables que la aprecian de verdad: Dorea, Alda, Auric... Para todos ellos sigue siendo una señora, una dama con todas las de la ley. Incluso Lobo es incapaz de olvidar quién es ella de verdad, pese a saber perfectamente lo que le está pasando. Mención aparte merece Uri, un ser inocente y aniñado, por cuyas venas no corre sangre, sino otro fluido aún más preciado.

Y, después, están los malos. Los bárbaros y los traidores. Traidores que habían sido los mejores caballeros, los más ajustados a los cánones medievales, y que, de repente, fueron vencidos por la cobardía y se convirtieron en sombras de lo que habían sido. Se puede decir que, si Lobo evoluciona, ellos involucionan.  Aunque, los peores, los monstruos sin corazón, son los bárbaros, sin duda. Y de forma radical. No hay bárbaros buenos, todos son ambiciosos y perversos, desconsiderados en el trato con las mujeres y rudos para con el pueblo, como Harak o Holdar. En mi opinión, esta separación tan clara entre buenos y malos hace que la historia pierda realismo, mostrándolo todo como blanco o negro, olvidando la escala de grises que hay en el medio.

Pero esto no desprestigia al argumento. Una trama como todas las de Laura, fantástica y con trazas de intriga y misterio, con ese toque de mitos y leyendas a los que tanto recurre, con ese aroma medieval de caballeros, damas y honor que restablecer que, de un modo u otro, resulta encantador. El romance aparece, de una forma no empalagosa, por encima de los complejos sociales que, sin hablar de ellos directamente entre las páginas, ocupan un lugar importante en la forma en la que interaccionan nuestros personajes. No es un libro lleno de pasión revolucionaria contra las viejas injusticias, pero plagado de referencias a ellas, incluso sin considerarlas como tales en muchos momentos. La pasión y la venganza se dan cita entre convenciones y desigualdades sociales que acaban convirtiendo a la inicialmente imprudente protagonista en una mujer mucho más crítica. Pero una dama.

Os invito a comentar si habéis leído este libro u otros de Laura, si os gusta esta autora o no, si el género os resulta entrañable o, por el contrario, infantil y tedioso. Espero que hayáis disfrutado de la reseña.

¡Hasta pronto, literatómanos!