jueves, 1 de enero de 2015

Reseña: 84, Charing Cross Road

¡Hola, literatómanos!
¿Qué tal la entrada y salida del año? Espero que estéis todos bien, disfrutando de estos días tan especiales con vuestros seres más queridos. 

Hoy os traigo la reseña de un libro bastante especial y diferente a todo lo que suelo leer. Se trata de 84, Charing Cross Road, de Helene Hanff.


Título: 84, Charing Cross Road.


Autor: Helene Hanff.


Editorial: Anagrama.


Idioma original: inglés.


Traductor: Javier Calzada.


Fecha de publicación: 1970.


Número de páginas: 125.


Un día, en octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co, la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías. 84, Charing Cross Road pasó casi inadvertido en el momento de su publicación, pero desde la década de los setenta se ha convertido en un verdadero libro de culto a ambos lados del Atlántico.


No sabía mucho lo que iba a encontrarme entre estas páginas que empecé a leer para mi club de lectura, y, en un día frío de finales de diciembre comencé a leer este libro corto sin ninguna referencia. Y lo cierto es que no me arrepiento, porque 84, Charing Cross Road es una obra (no voy a llamarla novela porque a la autora no le habría gustado nada) muy especial.

Es el primer libro perteneciente al género epistolar que caía en mis manos, y tiene una particularidad que lo llena de encanto: la correspondencia que seguimos a lo largo de estas pocas páginas existió realmente. Leemos fragmentos de cartas que se escribieron de verdad, y eso me ha gustado bastante, porque me da la sensación de que una persona me ha dejado un pedacito de su corazón, y me parece tener una reliquia entre las manos, como un vistazo a un preciado álbum de fotos de algún desconocido. 

Aquí se escribieron y se leyeron muchas de las cartas que
cotilleamos...
El ambiente en el que se escribieron las epístolas no se describe en ningún momento de palo, sino ligeramente intuimos y nos llega el aroma de aquella Nueva York y aquel Londres de la década de los cincuenta (las fechas de la carta ayudan muchísimo a situarnos y tomar consciencia de lo que estamos leyendo). Esta descripción nos permite, por pequeños instantes, ponernos en el lugar de los corresponsales e imaginar cómo serían su vida, sus ideas... En este sentido, es una obra deliciosa.

Es Helene Hanff, la autora, quien envía o recibe las cartas que leemos. Descubrimos a una mujer un tanto maniática, bibliófila de una manera muy curiosa, culta y extravagante, muy bien descrita en la sinopsis. A veces, he podido ponerme en su lugar y comprenderla, pero otras veces me ha sido imposible: el hecho de que odie la ficción y no sea muy de novela me ha llamado mucho la atención, ya que muchos leemos, entre otras cosas, para desconectarnos de nuestra realidad y viajar, por un ratito solo, a otras. Entre sus corresponsales, distinguimos al principal, Frank Doel, un trabajador de la librería Marks & Co, con quien mantiene una relación muy especial, sin llegarse a ver nunca (algo similar a las actuales relaciones cibernéticas). Es una persona entregada y trabajadora, muy "British", y también muy humano. Por otra parte, están Cecily, Megan, Nora y todos los demás, gente que también nos regala un pedacito de sí mismos y sobre quienes nos quedamos con ganas de saber más. 

Si hay algo que me ha apasionado de este libro es su fuerza comunicativa. Quiero decir, se nota que esta gente escribió esto con el corazón en la mano y la mejor de las intenciones, sin nada que ocultar, intentando empapar la tinta del papel con su esencia, para acercarse a su corresponsal a pesar de la distancia. Esto realmente enamora.

Además, se puede ver como cambia la relación, sobre todo entre Frank y Helene, y esto le da un toque muy real (nunca me había encontrado con unos personajes a los que me creyera más, eso debe de ser porque existieron de verdad y escribieron de verdad esto). Por otra parte, su estilo tan directo y espontáneo que llena estas páginas de sensación de vida cotidiana, y me imagino esa época en la que se recibían cartas casi a diario y eran la única forma de comunicarse a distancia...

Este libro es, sin lugar a dudas, delicioso, pero, eso sí, es una lectura "tentempié". Es un libro corto, 125 páginas, pero creo que no necesita ninguna más, ni ninguna secuela, ni nada por el estilo. Es más, creo que si de este mismo estilo se publicaran más de 200 páginas se convertiría en un "tostón" de obra. Eso sí, es imposible hacer un spoiler de esta obra. Nada de lo que ocurre es una enorme sorpresa o inimaginable. Bueno, tal vez porque la vida, en la mayor parte de las ocasiones, es así...

Toques de pasión y descripción, generosidad y comercio, batallitas y anécdotas y los profundos sentimientos de los seres humanos de una época se dan cita, junto con distintas concepciones de los libros, literatura y librerías, en esta obra de metaliteratura-epistolar-realista. 

Una encantadora casualidad: la autora siente auténtica veneración por los libros de segunda mano con anotaciones en los márgenes, y mi ejemplar, sacado de la biblioteca, tiene unas cuantas anotaciones a lápiz...

Y hasta aquí el post de hoy, queridos literatómanos. Os invito a comentar si habéis leído este libro, si os ha gustado, si conocéis libros similares y si soléis leer cositas de este tipo. ¡Espero que hayáis disfrutado de la reseña!

Feliz año 2015 y hasta pronto, literatómanos.


Gene entonces sacudió la cabeza y me cortó, impaciente:
-¡Tú y tus viejos libracos ingleses!
Ya ves, frankie, como andan las cosas. Tú eres el único que me comprende.

2 comentarios:

  1. No suelo leer este tipo de libros, pero siempre se puede cambiar de opinión :)
    Me quedo por tu blog, pásate por el mío si quieres ^^
    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Marta! ¡Bienvenida a LITERATOMANIA!
      Ahora me paso, disfruta de tus lecturas. ¡Un besazo!

      Eliminar

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